Al fin termina de hacerse presente el otoño, que es para muchos su estación favorita del año, ya que supone un soplo de aire fresco (literalmente) después de los días calurosos del verano.

Para algunos, ésta es la época perfecta para encerrarse en casa aprovechando la llegada del frío y ponerse al día con las películas, libros y series que han ido dejando de lado durante meses, pero no olvidemos que es también el momento más mágico para salir a explorar y disfrutar de la naturaleza, que se engalana con sus colores más vibrantes y vivos creando un espectáculo que tan solo dura unas pocas semanas, antes de desaparecer por completo bajo las blancas capas de la nieve.

Si necesitas hacer un maratón de Juego de Tronos antes de que comience la próxima temporada, no te preocupes, no querríamos privar a nadie de tan noble tarea… pero si eres de los que prefieren respirar el aire puro de la montaña, perderse en un bosque centenario o escuchar la naturaleza en silencio, aquí te dejamos una lista con los cinco mejores lugares de Cataluña para disfrutar del otoño como nunca antes.

 

1. Parque Natural del Montseny

El macizo del Montseny fue el primer espacio de la comunidad Catalana en ser declarado Parque Natural y Reserva de la Biosfera por la UNESCO, y dada su cercanía a Barcelona (tan solo a una hora en coche) el Montseny supone un oasis de paz para todos los que queremos alejarnos del ruido de la ciudad.

Lo que convierte a este paraje natural en un lugar tan mágico para el otoño es su extraordinaria diversidad de paisajes, que cambia radicalmente según la altitud a la que nos encontremos, convirtiendo al Montseny en un pequeño milagro de la naturaleza con una inmensa variedad de ecosistemas.

Si decides ir, no olvides llevarte una cesta vacía ¡La necesitarás para recoger todas las setas que encuentres!

 

2. Fageda d’en Jordà

Si hablamos de otoño en Cataluña, no puede faltar el hayedo de Jordà, pues es uno de los mejores lugares, no solo de Cataluña, sino de toda España, para perderse en los colores del otoño.

Aunque es un bosque espectacular durante todo el año, su momento más fotogénico es cuando las hojas de las hayas comienzan a alfombrar el suelo del bosque con toda la variación cromática del otoño, convirtiéndolo en una imagen digna de película.

No hay una sola ruta definida, por lo que te recomendamos que te dejes llevar por los múltiples senderos del bosque mientras te adentras en el corazón de la naturaleza. Éste es uno de esos lugares por los que vale la pena dejar de hacer todo lo que estás haciendo y lanzarte a explorar este bosque único en España.

 

3. Fageda de la Grevolosa

Si bien la Fageda d’en Jordà es el bosque de hayas más famoso de Cataluña, el hayedo de la Grevolosa, más inexplorado, no se queda atrás en espectacularidad.

Con más de 300 años de vida, la Fageda de la Grevolosa es uno de los bosques más mágicos de Cataluña, poblado por árboles monumentales que llegan a los 40 metros de altura, llegando incluso a impedir el paso de la luz del sol en ciertas zonas.

El otoño es sin duda la mejor época del año para visitarlo, es por ello que te invitamos a recorrerlo mientras dejas que tus sentidos se inunden por el misticismo y la exuberante belleza de este antiguo bosque.

 

4. Rupit i Pruit

Con calles solitarias, casitas de piedra y un entorno 100% natural, el pueblo medieval de Rupit i Pruit, en el límite de la provincia de Barcelona constituye uno de los rincones con más encanto de ésta lista.

En esta localidad, el otoño te recibirá incluso antes de que llegues, pues las carreteras que llevan a Rupit i Pruit están pobladas por árboles de hoja caduca, haciendo que el trayecto se disfrute tanto como el destino. Una vez en el pueblo, no tardarás en percibir el olor a leña y castañas invadiendo la atmósfera del lugar, que parece haberse detenido en el tiempo hace cientos de años.  

Cuando te hayas terminado tu desayuno rural, ya podrás iniciar tu ruta a pie hacia el Salt de Sallent, el mayor salto de agua de Cataluña, con una caída de más de 100 metros enmarcada por el manto multicolor del otoño.

 

5. Parque Nacional de Aigüestortes y Lago de San Mauricio

Por último, pero no por ello menos importante, muy cercano al Valle de Arán se encuentra el Parque Nacional de Aigüestortes, el único parque nacional de Cataluña y la esencia pura de los Pirineos.

Su abrupto relieve, con profundos valles y altos picos crean un paisaje único que alberga a una de las faunas más variadas de toda la zona pirenaica. Los intensos colores otoñales de Aigüestortes son exuberantes, sin embargo, aquí deben compartir protagonismo con el agua, pues la belleza de los bravos ríos y lagos que se extienden por el parque no pasa desapercibida.

¿Nuestro consejo? Pasa la noche en uno de los muchos refugios de montaña de la zona y sal a descubrir el otoño justo al amanecer, cuando los animales comienzan a despertar y la luz rojiza de la mañana comienza a bañar la cima de las montañas.

 

¡Pues ahí lo tienes! Ahora tan solo te queda calzarte las botas de montaña y salir a contemplar este hermoso espectáculo reservado solo a los curiosos que se atrevan a aventurarse a lo desconocido…

 

Luis Santana - Noviembre 2018