Después de unos días en Barcelona disfrutando de su impresionante arquitectura, su ambiente y, cómo no, su gastronomía, llega el momento más triste: decir adiós. Si ya echas de menos tomar una copa de tu vino favorito de Oller del Mas con vistas a Montserrat o recuerdas con nostalgia una experiencia gastronómica única como nuestro tour Small Group Gothic, Tapas & Churros Walking Tour, no dejes que tu última comida en la ciudad arruine el recuerdo de todo lo bueno que has vivido aquí.
Sabemos que los aeropuertos no suelen ser sinónimo de buena comida, pero el Aeropuerto de Barcelona tiene varios restaurantes que pueden sorprenderte. Así que, si has llegado con tiempo de sobra para lidiar con las colas, aquí tienes las mejores opciones, no muy conocidas aún, para que tu último bocado en la ciudad no sea un sándwich seco e insípido.
1. Alas by Hermanos Torres: Alta cocina para volar más alto
¿Pensabas que la alta cocina y los aeropuertos eran incompatibles? Los Hermanos Torres, los mediáticos y estrellados chefs, están aquí para demostrar lo contrario. Este espacio no busca emular el lujo de su restaurante de dos estrellas Michelin, pero ofrece una propuesta elegante y bien ejecutada. Sus platos, diseñados para viajeros, combinan sabores mediterráneos y técnicas modernas con un enfoque práctico: rápido, pero sabroso.
Desde una ensalada de burrata con chutney de fresa y trufa, pasando por las ya famosas croquetas de cecina, hasta unos raviolis de espinacas con salsa pesto, este restaurante promete una despedida gastronómica digna de aplauso. Pero hay un plato que no puedes dejar pasar: el pepito de solomillo de ternera, su indiscutible estrella. Este sándwich gourmet combina ternera de primera calidad con pan crujiente, tomate seco, parmesano y trufa. Un bocado imprescindible que eleva al bocadillo a otra categoría.
A un precio de 20 euros, puede parecer un lujo innecesario... pero piensa en ello como una inversión para evitar empezar tu vuelo con un sándwich de pan industrial y lechuga medio pasada que parece más un fósil que comida. Comparado con las opciones mediocres que encontrarás por algo menos, este pepito no tiene rival.
Además, cuentan con una selección de cervezas bien elegidas y una carta de vinos corta pero a la altura. Eso sí, no esperes la magia del menú degustación de su restaurante en la ciudad: aquí la misión es dejarte satisfecho con calidad, sin ponerte en riesgo de perder tu vuelo.
Dónde: Terminal 1. Planta 1. Salidas. Salidas Zona Embarque Dique Sur
Horario: De 9:00 a 22:00
2. Hungry Club: nuevo concepto gastronómico del chef Dabiz Muñoz
Si hay alguien que sabe llevar la creatividad a cualquier lugar, es el chef Dabiz Muñoz, tres veces coronado mejor chef del mundo según The Best Chef Awards. Su versión “club en aeropuerto” aterriza en Barcelona con la promesa de revolucionar las comidas rápidas. Y lo consigue. Hungry Club es un espacio que mezcla influencias asiáticas, ibéricas y latinas en platos como Pizza boloñesa con salsa kimchi o la Sopa de fideos laksa con langostinos. Y como guinda puedes probar la famosa tarta de queso de la Pedroche, tan cremosa y deliciosa que puede causar turbulencias… pero de felicidad.
Es un sitio perfecto para quienes quieren algo más arriesgado, con sabores explosivos y presentaciones originales. Un toque chic antes de embarcar.
Dónde: Terminal 1.
Horario: De 7:00 a 22:00
3. Porta Gaig: Tradición bien hecha
Carles Gaig lleva años siendo uno de los embajadores de la cocina catalana, y en Porta Gaig traslada esa experiencia a los viajeros que buscan una despedida clásica y deliciosa. Este lugar prioriza la calidad y la autenticidad, con platos como canelones trufados, esqueixada de bacalao o el infalible pan con tomate y jamón ibérico, todos ejecutados con el mimo que te haría olvidar que estás en un aeropuerto.
Es una opción menos experimental que las anteriores, pero perfecta si lo que buscas es cerrar tu estancia en Barcelona con un toque tradicional. Eso sí, cuidado, porque con esta oferta y un ambiente tan tranquilo y acogedor (que no parece que estás en un aeropuerto), es fácil olvidarse de dónde estás. Y claro, como ya no se avisa por megafonía, corres el riesgo de emocionarte demasiado, perder la noción del tiempo... ¡y el vuelo! No serías el primero, ni el último. Pero oye, si vas a perder el avión, al menos que sea disfrutando de unos canelones trufados que quitan el sentido.
Dónde: Terminal 1, Zona Sky Centre.
Como ves, Barcelona es sinónimo de buena comida, y ese placer no tiene por qué terminar al pasar el control de seguridad. En el Aeropuerto de Barcelona, estos tres restaurantes son tu mejor apuesta para disfrutar de un último festín antes de decir adiós a la ciudad.
Además, si aún tienes algo de tiempo y buscas un souvenir gastronómico para sorprender en casa o prolongar el sabor de Barcelona tras el aterrizaje, no te pierdas las tiendas del aeropuerto. Es tu oportunidad de adquirir embutidos, aceite de oliva virgen extra o quesos locales, perfectos para compartir o disfrutar más tarde. Eso sí, no te vayas sin una buena botella de vino o cava catalán. El aeropuerto es tu última oportunidad para conseguir vinos de gran calidad a precios muy competitivos.
Pero si eres de los que exprimen cada segundo en la ciudad y llegan al aeropuerto con el tiempo justo, te entendemos perfectamente. Tranquilo, no todo está perdido. Aunque no tengas tiempo de sentarte a disfrutar de una comida completa, evita caer en las cadenas de comida rápida genéricas que puedes encontrar en cualquier parte del mundo (ya sabes cuáles). En su lugar, opta por opciones rápidas pero de calidad. Un bocadillo de jamón ibérico en Enrique Tomás, la jamonería más grande del mundo, puede ser tu salvación culinaria. Acompáñalo con un zumo de naranja natural recién exprimido, y tendrás la combinación perfecta para una comida rápida, deliciosa y con un toque local. Así, incluso en el último momento, puedes despedirte de Barcelona de la mejor manera: con buen sabor de boca.
¡Buen viaje y que vuelvas pronto a Barcelona! Aquí te esperaremos en Castlexperience para compartir nuevas experiencias únicas, llenas de sabor y momentos inolvidables.